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AFP

¿No me arrepiento de este amor?

Publicado: 2014-10-12


A mis 36 años he llegado a la conclusión que el hincha peruano es masoquista, muy masoquista. La última vez que la selección peruana llegó a un Mundial fue en 1982, yo tenía cinco años y tengo el recuerdo de una vieja toalla con la cara de “Naranjito”, la mascota de esa cita mundialista.

Ni saquemos cuentas de los años que no vamos a un Mundial. La gente de mi generación, y de las venideras, hemos visto derrotas tras derrotas, en todos los colores y dimensiones; las vimos en las primeras versiones de los televisores a color, luego en plasmas y ahora en los modernos 4K. Cayó el muro de Berlín, se disolvió la Unión Soviética, atacaron las torres gemelas y Perú no volvió a ir a un Mundial.

Los de treinta y tantos hemos visto ir a todas las selecciones de la región, menos Venezuela, en un Mundial y los jugadores que se ponen la blanquirroja no se inmutan. Nada los perturba. Han pasado jugadores para todos los gustos: Martinez, Chemo, Waldir, Kukin, Chorri, Solano, Pizarro, Guerrero. También tuvimos los nacionalizados: Julinho, Balerio, Ibáñez, Tempone y todo sigue igual.

Los últimos buenos resultados positivos que hemos visto fueron ante selecciones tan competitivas como Catar e Iraq. Lo destacable en medio de este aterrador panorama fue el tercer puesto que obtuvo la selección peruana B en la Copa América de Argentina, en 2011. Eso porque el equipo A se guardaba para las eliminatorias, para llegar al Mundial. Ya sabemos cuál fue el triste desenlace.

Encima de ser más malos que el maní crudo, la disciplina de los que alguna vez se pusieron la camiseta del equipo nacional no es la mejor. Porque se puede compensar la poca habilidad con el empeño, pero ni para eso nos alcanza. Vivo en Argentina desde hace mucho y cuando hablamos de la selección peruana, los argentos dicen: “Ahhh, la selección de ustedes se enfiestó en un hotel cuando estaban en unas eliminatorias”. Sí, la juergaza en la que destacaron Jefferson Farfán, Claudio Pizarro, Andrés Mendoza y Santiago Acasiete es uno de los “méritos” recordables de la selección de todos. No sé hasta ahora qué celebraban… ahhhh, ellos jugaban en Europa y les iba bien, la selección que se joda, no?

¿Por qué seguimos apostando por la selección peruana? Es como si tu mujer te es infiel y uno sigue y sigue insistiendo. No, no tiene que ver con el patriotismo. Acaso lo que somos como peruanos está personificado en 22 seres humanos que cuando llegan al aeropuerto, luego de una derrota, llegan con cara de piedra y en silencio. “Ya pues, si no te gusta no los veas”, es la respuesta de muchos hinchas, pero eso es grave, vivimos con la filosofía del “ojos que no ven, corazón que no siente” desde hace años. Aplicado a la vida común y corriente, equivale a un: “que mi flaca me ponga los cuernos, pero que no la vea”.

A esta altura cabe preguntarnos: ¿es culpa de los que eligieron a los que estuvieron en el sillón de la FPF? Sí, porque los dirigentes tienen una cuota de responsabilidad. Hace poco falleció Nicolás Delfino y como siempre no hay muerto malo. Muchos periodistas deportivos destacaban lo “bondadoso” que había sido el fallecido dirigente. No jodamos, él fue el padre de la bestia llamada Manuel Burga. El actual dirigente de la FPF se empernó en el sillón del ente deportivo porque vio a su mentor hacer lo mismo. Sí, ese mismo personaje que el periodismo deportivo lloraba en ese momento y que en su gestión lo comparaban con Earl Sinclair, por su parecido físico con el patriarca de la serie “Dinosaurios”.

¿Hace falta dedicarle unas líneas a la cuota de responsabilidad del periodismo deportivo con estos malos resultados? Que esperamos de unos “profesionales” que narran un partido de fútbol como si estuvieran en la pista que está frente a su casa. No Peredo, no somos tus patas y queremos algo más sobre tu parecer personal sobre el partido. Esos mismos son los que hacen las notas benévolas a los integrantes de la selección, a los cuales no pueden criticar porque luego “las estrellitas” no dan declaraciones y no hay con que llenar los diarios deportivos y los espacios televisivos dedicados al fútbol.

Los hinchas también somos culpables. Motivados por el periodismo deportivo vendehumo somos ilusionados cada cuatros años porque “esta vez sí llegaremos al Mundial”, luego viene el “matemáticamente todavía tenemos chances” para finalmente llegar, a falta de tres fechas para que termine el fixture, a “otro Mundial al que no vamos”.

Y lo del actual DT es para perder la fe, no? Nunca ganó nada y no tiene experiencia, es como si para tratar a un paciente con cáncer terminal llaman a un serumista. ¿Algo bueno puede resultar a pesar de todo el empeño que le ponga el nobel médico? “Pero Bielsa tampoco nos quiso dirigir”, dirán muchos de los hinchas. Efectivamente, el “Loco” ni miró la propuesta peruana porque sabía que iba a tener que lidiar con un grupo de jugadores que prefiere la juerga y que no sabe qué es la disciplina.

Creo que la solución es empezar de cero, pero de cero totalmente. Sacar a Burga del cargo, pero por una asamblea extraordinaria, que 17 de los 41 miembros de la FPF termine el actual mandato del presidente. Que el periodismo deportivo vendehumo publique quien se opone a sacarlo a Burga del puesto, de esa forma conoceremos a los cómplices de esta debacle.

Es un proceso largo. No vamos a ir a Rusia 2018, quizá al del 2022, pero hay que ponerse a trabajar en serio desde ahora. Mientras sigamos perdiendo el tiempo con un DT que no tiene experiencia y con jugadores viejos que no demostraron nada, la historia se repetirá hasta sabe Dios cuando.


Escrito por

Luis Vilchez Reyes

Periodista. Viví durante quince años en Argentina, hoy estoy en el sur del desierto israelí. Que sea siempre rock. TW: @lvreyes


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